El uso de las nuevas tecnologías resulta positivo siempre que no se vean comprometidas el resto de las actividades cotidiana. En este sentido, nos deben ser útiles. Pero qué pasa, principalmente en los adolescentes, que vuelcan casi todas sus emociones en las redes sociales? La cara negativa de las nuevas tecnologías surge cuando aparecen los abusos, principalmente cuando le provoca al joven aislamiento y ansiedad, se afecta la autoestima y pierde la capacidad de control.
Señales de alerta
Las principales señales de alarma que muestran la conversión de una afición a una adicción son:
Privarse de sueño (menos de 5 horas) para estar conectado a la Red, a la que se dedica un tiempo excesivo de conexión.
Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
Recibir quejas en relación con el uso de Internet de alguien cercano, como los padres o los hermanos.
Pensar en l red a todas horas, incluso cuando no se está conectado a ella; mostrar una irritación excesiva cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
Intentar limitar el tiempo de conexión sin conseguirlo; perder la noción del tiempo.
Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
Aislarse socialmente, mostrarse irritable y empeorar el rendimiento en los estudios.
Sentir euforia y activación anómalas cuando se está delante de la pantalla.
La dependencia y la supeditación del estilo de vida al mantenimiento del hábito conforman el núcleo central de la adicción la dependencia a las redes no se caracteriza por el tipo de conducta implicada, sino por la forma de relación que el sujeto establece con ella. Todo esto puede desembocar en una especie de analfabetismo relacional y facilitar la construcción de relaciones sociales ficticias.
Como estrategia preventiva tenemos que enseñarle al adolescente a hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías. Para ello, especialmente durante la infancia, hay que elaborar, junto con el niño, una planificación horaria de las distintas tareas que debe realizar durante el día, como así también limitar el tiempo de conexión y revisar los contenidos.
Es importante que los padres participen activamente con sus hijos en la navegación en Internet y redes sociales, sabiendo qué páginas acceden e interactuando con ellos con el mismo lenguaje.
Desde todos los ámbitos de participación que deberemos, como adultos, pensar en dar respuestas de afrontamiento adecuadas ante las situaciones de riesgo.
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